Arthur Schopenhauer

Arthur Schopenhauer (1788 – 1860) fue un filósofo alemán. Su obra más famosa, The World as Will y Representación, caracteriza el mundo fenomenológico como el producto de una ciega voluntad nouménica, es decir, algo que ocurre separado de la percepción humana. Schopenhauer desarrolló un sistema metafísico y ético ateo que rechazaba las ideas contemporáneas del idealismo alemán, basado en el idealismo trascendental de Immanuel Kant. Fue uno de los primeros filósofos occidentales en compartir y afirmar principios importantes de la filosofía india, como el ascetismo, y el concepto del mundo como apariencia.

Como fruto de su trabajo en la comprensión del ser humano Shopenhauer acabó deduciendo que nuestro deseo de dejar descendencia es uno de los factores que más afectan a nuestro comportamiento y motivaciones.

Este deseo constante por dejar una marca en el mundo nos lleva a dejar de lado nuestra razon y dejarnos llevar por el estatus, riqueza o cualquier factor que pueda llevarnos a atraer a personas del sexo opuesto. 

La única forma de controlar este deseo es mediante el control de nuestra mente, con el estudio o la filosofía, y es en ‘’Aforismos Sobre La Sabiduría de La Vida’’ donde nos presenta cómo conseguirlo, la filosofía de Shopenhauer.

Sus ideas a favor de un materialismo más práctico, nacieron como una crítica al idealismo de su época, e influyeron en figuras como Richard Wagner, Friedrich Nietzsche, León Tolstoi y Thomas Mann.

La personalidad está formada por salud mental y física

Gran parte de la filosofía de Shopenhauer se basa en ideas que descubrió’’ a medida que estudiaba las ideas de los estoicos de la Antigua Grecia.  Como los estoicos Shopenhauer también considera que nuestra psicología, nuestra personalidad, depende de 2 pilares, nuestro cuerpo y nuestra mente

Para poder tener una oportunidad de sentir la felicidad necesitamos un cuerpo sano. Aunque estar sano no sea una garantía de felicidad, pero no estarlo puede ser suficiente para impedirla, así que el primer paso hacia una vida más llena es estar mas sanos

El segundo factor, de igual o incluso mayor importancia, es nuestra mente. Para poder conseguirlo debemos aprender a apreciar la belleza y profundidad de incluso los momentos más ‘’mundanos’’. Solo entonces podremos escapar de las zarpas del aburrimiento y los demonios que vienen con el mismo

Si no somos capaces de aceptar nuestra mente como es acabaremos sucumbiendo a cualquier cosa que pueda evitar que estemos solos con nuestra mente. Esto hara que recurramos a drogas, entretenimiento, sexo o cualquier cosa que nos ayude a dearnos lelvar

‘’Un hombre intelectual en absoluta soldedad tiene excelente entretenimiento en sus propios pensamientos e ideas, mientras que ningun numero de placeres, dramas, o distracciones pueden evitar que un ‘’idiota’’ se aburra’’

Propiedad, que describe tres tipos de necesidades que todos los humanos tienen

El segundo factor necesario para poder conseguir la ‘’felicidad’’ son las posesiones. De nuevo son ideas que podemos encontrar en la filosofía de la antigua Grecia, en este caso en algunas de las ideas de Epicuro.

El Epicureismo defiende que deberíamos vivir cada día como si fuese el último, y disfrutar tanto como podamos, dejándonos llevar por nuestros deseos. Y las tres categorías de posesiones que define para ello son:

  • Naturales y necesarias: Son de esta categoría elementos como la ropa, las casas, la comida y cualquier cosa que nos permita sobrevivir un dia mas
  • Naturales pero innecesarias: En esta categoría entran distintos alimentos sin los que podríamos vivir, como son los dulces, casas enormes, 50 pares de zapatos y cualquier tipo de exceso por encima de lo que necesitamos para vivir
  • No naturales e innecesarios: En esta categoría entran las invenciones humanas que nos permiten satisfacer alguna necesidad que no podríamos de otra forma pero que no afecta a nuestra supervivencia. Un ejemplo serían las películas, o las series, o internet

De estos factores dependerá que podamos sobrevivir, y que podamos ‘’cumplir ciertos deseos’’. Cuanto más esperemos tener más difícil será que podamos ser felices, y más atados estaremos a nuestras posesiones.

Posición que es lo que piensan los demás

El último de los factores de los que nos habla el filósofo Shopenhauer es diferente a los anteriores. 

Mientras que en el caso de la salud mental y física, se trata de algo imprescindible para ser feliz, y en el caso de las posesiones algunas son imprescindibles y algunas nos pueden convertir en prisioneros, en caso de este último factor, sus efectos siempre son negativos

El tercer factor tiene que ver con nuestra posición en la escala social. Posición es el resultado cumulativo de lo que otros piensan de nosotros. Está formado por varios factores, que son:

  • Reputación
  • Orgullo
  • Rango
  • Honor
  • Fama

El honor: Según él podemos dividir entre honor objetivo, lo que otros piensan de nosotros y honor subjetivo, lo que nosotros pensamos de nosotros mismos. Aquí lo que reduce nuestra felicidad es la importancia que le damos a lo que otros piensan de nosotros, y como nos olvidamos de lo que pensamos de nosotros mismos y de vivir acorde a ello

El mundo como metáfora

Schopenhauer vio su filosofía como una extensión de la de Kant y comenzó la suya con los resultados de la investigación epistemológica kantiana (idealismo trascendental). Kant sostenía que el mundo empírico no es más que una colección de apariencias cuya existencia y conexión sólo pueden encontrarse en nuestras representaciones mentales. 

Schopenhauer no negó la existencia empírica del mundo externo, pero estuvo de acuerdo con Kant en que nuestro conocimiento y experiencia del mundo son siempre indirectos. «El mundo es mi representación (Die Welt ist meine Vorstellung)», dice Schopenhauer en la primera frase de su obra principal. Todo lo que existe para el conocimiento (el mundo entero) existe sólo como objeto en relación con un sujeto, una «representación» para un sujeto. Como resultado, todo en el mundo es ‘sujeto-dependiente’. 

Teoría de la percepción

Schopenhauer participó en el desarrollo de la Teoría de los colores de Goethe y en el proceso estas investigaciones lo llevaron a su descubrimiento epistemológico más importante: el descubrimiento de una demostración de la naturaleza a priori de la causalidad.

Cuando un ciego de nacimiento toca un objeto de forma cúbica, las sensaciones en su mano son bastante uniformes e iguales por todos lados y en todas direcciones: los bordes, es cierto, presionan una porción más pequeña de su mano, pero nada parecido a un cubo está contenido en estas sensaciones. Su Entendimiento saca la conclusión inmediata e intuitiva de la resistencia sentida, que esta resistencia debe tener una causa, que luego se manifiesta como un cuerpo duro a través de esa conclusión; y construye la forma cúbica en el Espacio a través de los movimientos de sus brazos al sentir el objeto, mientras que la sensación de la mano permanece invariable. 

La imagen de un cubo nunca podría haber resultado de esas sucesivas sensaciones en su mano si la representación de una causa y del Espacio, junto con sus leyes, no existiera ya dentro de él. 

La causalidad no es, pues, un concepto empírico derivado de percepciones objetivas, como afirmaba Hume; más bien, defiende Shopenhauer que la percepción objetiva requiere el conocimiento de la causalidad.

El mundo externo emerge como resultado de esta operación intelectual, que reconoce todo efecto en nuestros órganos sensoriales como teniendo una causa externa. Debido a que la luz se desplaza en línea recta, encontrar la causa se simplifica esencialmente cuando se usa la visión. Rara vez somos conscientes del proceso que interpreta la doble sensación en ambos ojos como proveniente de un objeto, invierte las impresiones en las retinas y utiliza el cambio en la posición aparente de un objeto en relación con objetos más distantes proporcionado por la visión binocular para percibir la profundidad y la profundidad. distancia.

Schopenhauer enfatiza la naturaleza intelectual de la percepción; los sentidos proporcionan la materia prima a partir de la cual el intelecto crea el mundo como representación, ideas que expuso por primera vez en su obra Sobre la visión y los colores.

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