¿Cómo lidia el Dalai Lama con las emociones negativas? Lecciones de inteligencia emocional del Dalai Lama

Todos los días a las 5:30 am, el Dalai Lama se despierta para escuchar las noticias de la BBC mientras desayuna. Aunque esta podría no ser lo que imaginamos para el Dalai Lama, él defiende que a través de este ritual diario, se encontró con una gran revelación. 

Escuchar las noticias revela cuán lleno de violencia, crueldad y tragedia está nuestro mundo, y cree que todo se debe principalmente a la falta de responsabilidad moral y compasión. Tendemos a actuar por interés propio y hacemos caso omiso de nuestras obligaciones morales hacia los demás. 

Pero a la vez que podemos dejarnos llevar por estos impulsos, también podemos hacer lo contrario y hacer un esfuerzo por ayudar a los demás. Una fuerza para el bien comienza con los individuos y desde dentro. Al crear un cambio interior que disminuye nuestras emociones negativas y fortalece nuestra capacidad de actuar moralmente, nos volvemos más capaces de superar las reacciones impulsivas como la ira, la frustración y la desesperanza. 

Este cambio nos hará ser más compasivos con quienes nos rodean, y aunque a diferencia del Dalai Lama no todos podemos dedicar cinco horas al día a prácticas internas como la meditación, podemos dar algunos pequeños pasos. 

El primer paso según el Dalai Lama es mirar hacia dentro y manejar nuestras propias mentes y corazones. Solo si tenemos orden dentro podemos intentar crear orden en el mundo que nos rodea. 

Una técnica importante consiste en dar un paso atrás cuando nos sintamos tentados a actuar según nuestros impulsos y considerar las consecuencias de nuestras decisiones. En marzo de 2008, el ejército chino disparó contra los manifestantes y arrestó a muchos monjes tibetanos durante una serie de protestas. 

Al escuchar las noticias, algo por lo que muchos de nosotros quizá nos habriamos dejado llevar por la rabia, el Dalai Lama optó por mantener la calma. Visualizó a los funcionarios chinos y reemplazó sus sentimientos negativos con su amor, compasión y perdón. 

Habiendo razonado que la consecuencia de dejarse llevar por la ira solo sería un daño mayor, optó por controlar sus sentimientos. Aunque ante esto, es importante recordar que controlar nuestros sentimientos no es lo mismo que reprimirlos por completo. 

Reprimir las emociones negativas puede conducir a estallidos que son imposibles de controlar. Cuando se trata de emociones poderosas, es quedarse. Es mejor reconocer las emociones negativas cuando las experimentamos y preguntarnos si las emociones que sentimos son proporcionales a la situación o si son familiares. Al entender nuestras emociones negativas, estamos mejor equipados para canalizarlas en acciones positivas.

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