¿Cómo nació el estoicismo?

La cuestión de cómo vivir ha sido una de las principales preguntas para todas las culturas, religiones y sociedades de la historia. ¿Cómo debemos abordar los desafíos de la vida? ¿Y cómo debemos afrontar el desafío de nuestra propia muerte? 

El estoicismo, una filosofía desarrollada en el mundo antiguo, nacida de la mano de Zenon el estoico en Atenas, poco después de la muerte de Alejandro Magno. El estoicismo nació como una forma de aprender a lidiar con el dolor y el caos. Tras la muerte de la única persona que unía el imperio de Macedonia, sus distintos generales decidieron luchar por convertirse en los dueños del imperio, creando una era de guerras por todo el territorio. 

En mitad de este periodo de caos, encontramos al primer estoico, Zenon de Citio que poco antes de llegar a Atenas perdió todas sus posesiones en un naufragio. Su respuesta a esta tragedia, llegó de la mano de algunos escritos que relataban la vida de Socrates, y de un maestro de la escuela Cínica. Tras unos años bajo su tutela, y estudiar en la academia de platón, y con los discípulos de Aristóteles, Zenon creó su propia corriente filosófica, el estoicismo. Sus primeros seguidores conocieron debajo de la Stoa Poikile, que significa «pórtico pintado», el estoicismo empezó en Atenas alrededor del 300 a. C. y se extendió hasta Roma en  el 155 a. C.

Esta corriente que alcanzaría su máximo esplendor en el imperio romano con filósofos como Séneca, el tutor del emperador Nerón, Marco Aurelio, el emperador filósofo que quizá encarna parte de los ideales de Platón, y Epicteto, el esclavo que consiguió convertirse en una figura a la altura de los dos últimos, y mi favorito. 

Y hoy en día, está viendo un resurgimiento como una forma de lidiar con un mundo que cambia cada vez más rápido, y el caos de crisis económicas, epidemias, guerras y conflictos políticos, necesitamos una herramienta que nos permita seguir adelante.

¿Qué es el estoicismo?

A menudo se malinterpreta el estoicismo. Cuando decimos que alguien es estoico, damos a entender que es pasivo, que tolera lo que le llega sin cuestionarlo ni dejarse llevar por las emociones. Pero esto es un malentendido, el estoicismo no es  pasivo y no se trata de suprimir la emoción. 

Se trata de lo que podemos hacer para llevar una buena vida. Se ocupa de tres disciplinas. En primer lugar, el del deseo, a lo que debemos y no debemos aspirar, en segundo lugar, la acción o cómo debemos comportarnos; y en tercer lugar, cómo reaccionar en diversas situaciones. 

Para los antiguos estoicos, su filosofía era una forma de vida: Marco Aurelio, el emperador-filósofo, escribió su famosa obra, Meditaciones, como guía personal para recordar lo que es importante en el día a día. El libro de meditaciones nació como un diario, el objetivo de Marco Aurelio nunca fue publicarlo, pero sorprendidos ante su capacidad de lidiar con los problemas y el caos alguien decidió compartirlo. Entre los muchos problemas a los que se enfrentó el emperador encontramos:

  • Lidiar con uno de los mayores ataques por parte de las tribus germanas
  • Un ataque por la zona de Partia, el imperio oriental con el que compartía bordes Roma 
  • La peste antonina. Un brote de peste que se esparció por toda Roma tras volver las legiones y que acabó con la muerte del coemperador que gobernaba junto a Marco Aurelio, Lucio Vero
  • Una revuelta por uno de sus mejores generales y amigos, que ocurrió mientras luchaba en contra las tribus germanas y que le llevó a dejar a medias su victoria. Lo que se cree que en parte fue una de las razones que llevaron a la caída del imperio romano unos años después.
  • Y ver cómo su propio hijo se convertiría en el emperador que puso fin a la dinastía Antonina, también conocida como “reinado de los cinco buenos emperadores”. Uno de los periodos de mayor esplendor del imperio.

Su libro, Meditaciones por Marco Aurelio, nació como una herramienta para lidiar con todos estos eventos, e intentar seguir sus principios. Donde muchos otros emperadores dejaron de lado su deber, o se dedicaron a crear masacres, Marco Aurelio puede estar orgulloso de haber sido uno de los pocos que cumplieron con su deber.

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