¿Cómo podemos mejorar nuestra calidad de vida según Nicole LePera?

Jessica se iba a casar con su novio de toda la vida. Hubo momentos en los que se preguntó si había tomado la decisión correcta. A veces, pensaba que él era un idiota y no podía soportar estar cerca de él, y otros días pensaba que era la mejor persona del mundo. Jessica estaba en una montaña rusa, creyendo lo que le decían sus pensamientos, y esto es algo que nos pasa a todos.

Todos los días, todos tenemos miles de pensamientos pasando por nuestras cabezas. Empezamos a preocuparnos, y reflexionar tan pronto como abrimos los ojos por la mañana. Nuestros pensamientos pueden ser críticos y llevarnos a dudar de nosotros mismos u odiarnos, o pueden llenarnos de energía y un deseo de seguir adelante. Por eso es importante recordar que lo que nos pasa por la cabeza no es quien somos, y que podemos tomar el control de lo que pensamos y como nos sentimos.

La mayoría de nosotros pasamos nuestros días en piloto automático. Pasamos nuestros días a toda prisa sin detenernos a considerar lo que estamos haciendo y pensando, y por qué. Según los escáneres cerebrales, sólo estamos “conscientes” el 5% del día. El resto lo gestiona nuestra mente subconsciente. 

Nos atascamos en viejos hábitos y patrones de pensamiento porque estamos acostumbrados a eso. Cualquier desviación de la rutina crea resistencia mental y nos volvemos inquietos e inquietos. Pero el problema es que vivir en piloto automático nos fuerza a estar atrapados en los patrones de la infancia, atados por nuestras creencias y no nos permite acercarnos a nuestros ideales.

Hay muchas formas de enfocar este problema y empezar a solucionarlo. Una por ejemplo es el estoicismo, que se basa en aprender a controlar nuestras emociones y recordar que al final nuestras reacciones depende de como decidimos reaccionar. Este es enfoque que se centra en retomar la responsabilidad de quien somos y que hacemos.

En el caso de Nicle, la clave fue empezar una práctica de yoga. Al hacerlo, conseguía más espacio para examinar sus propios patrones de pensamiento gracias a la disciplina de practicar poses difíciles y dedicar tiempo a sí misma. Se volvió menos reactiva y se dio cuenta de el profundo dolor y los miedos que alimentaban la ambivalencia de su relación. 

Mejorar nuestra vida y el proceso de crecimiento personal pueden empezar con pequeños pasos. Tomarnos un minuto durante el día, por ejemplo, para darnos cuenta de dónde estamos, fijarnos en los árboles, la acera y las personas que encontramos en el camino, es muchas veces suficiente para recordar que tenemos el control. 

¿Cómo se siente la brisa cuando roza nuestras caras? ¿Qué podemos escuchar mientras caminamos? Puede parecer incómodo al principio, pero con la práctica, obtendremos enormes beneficios. En lugar de sentir que somos nuestros pensamientos, comenzaremos a tener pensamientos.

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