¿Quién es Crisipo de Solos? El segundo fundador del estoicismo
Quizá uno de los elementos más característicos de la vida de Crisipo de Solos, aparte de sentar las bases del estoicismo, es la forma en que murió. Según Diógenes Laercio, una de las principales fuentes biográficas de los filósofos griegos, Crisipo murió a la edad de 73 años a causa de un fuerte ataque de risa.
Crisipo vió a un burro comiendo una cesta llena de higos durante la 143ª Olimpiada. En respuesta, gritó que el burro necesitaba vino puro para lavar los higos. Cayó al suelo riendo durante varios minutos y finalmente perdió la conciencia.
Si la leyenda es cierta, su ataque de risa cortó su suministro de oxígeno o le provocó un ataque al corazón. Un segundo relato de Laercio, en cambio, sugiere que el filósofo pudo haber bebido demasiado en un festival y como resultado acabó enfermo.
Crisipo de Solos nació hace más de 2000 años en el seno de una familia adinerada de Solos, Cilicia. Heredó una gran suma de dinero a una edad temprana, pero lo perdió todo. El rey lo confiscó y lo agregó a su tesoro. Sin nada que le detuviera a Crisipo, decidió trasladarse a Atenas.
En Atenas, se unió a la escuela estoica y se convirtió en discípulo de Cleantes. Crisipo estudió con Arcesilao y Lacido de Cirene durante su tiempo allí. Mostró un interés temprano tanto en descifrar cómo en construir argumentos filosóficos, y al poco tiempo se ganó la reputación de ser un buen filósofo con la capacidad de entender argumentos desde distintas perspectivas y ofrecer algo nuevo.
Crisipo siempre se caracterizó por un gran deseo de aprender por su cuenta y adaptar lo que aprendía a su forma de ver el mundo. En lugar de aprender de sus maestros, prefiria que le dieran la información que necesitaba para llegar a su propia respuesta.
Crisipo, gracias a la habilidad que había demostrado, fue nombrado tercer líder de la escuela estoica, siguiendo asi los pasos de Zenón y Cleantes alrededor del 230 a. C. A lo largo de su mandato, la Academia, la institución que heredó las ideas y método de Platón, cuestionó en varias ocasiones el trabajo e ideas de los estoicos, y fue la tarea de Crisipo buscar acabar de perfilar la filosofía estoica. Los ataques por parte de la Academia y los escépticos, le sirvieron como una oportunidad para acabar de perfilar las ideas del estoicismo.
Usando el trabajo de Zenón, el fundador de la escuela, y Cleantes, compiló lo que se conoció como la base del estoicismo. Además, fundó el sistema lógico formal en el que se basarían los estoicos durante muchos años, y que permitió desarrollar algunas de las ideas de la lógica formal de Aristóteles. Gracias a que dedicó su vida a estabilizar las bases del estoicismo, Crisipo es conocido por muchos como el Segundo Fundador del Estoicismo.
Crisipo pasó la mayor parte de su tiempo escribiendo. Se dice que nunca escribió menos de 500 líneas por día, y terminó más de 700 obras de filosofía en su vida. Su trabajo era conocido por ser minucioso, y por la importancia que le daba al contexto. Se dice que Crisipo siempre prefería desarrollar ambos lados de un argumento antes de afirmar algo.
Como resultado, muchos criticaron su trabajo, alegando que no era original y estaba mal organizado. A pesar de esto, fue considerado como una autoridad filosófica y su posición en la escuela nunca fue cuestionada.
Durante mucho tiempo se supuso que ninguna de sus obras escritas había sobrevivido al paso del tiempo. La mayor parte de lo que sabemos sobre la filosofía de Crisipo proviene de notas en las obras de Cicerón, Séneca, Galeno, Plutarco y otros filósofos. Se han descubierto fragmentos de sus obras en los papiros de Herculano en los últimos años, pero ninguno en su totalidad.
La obra y filosofía de Crisipo de Solos
Como se dijo anteriormente, no se ha conservado ninguna de las obras de Crisipo. Lo que sabemos sobre su obra proviene del trabajo de filósofos posteriores, pero de estos podemos concluir que Crisipo fue un experto en lógica y un escritor prolífico en los campos de la lógica, la epistemología y teoría del conocimiento, la ética y la física.
En particular, desarrolló un sistema detallado de lógica proposicional destinado a entender mejor el funcionamiento del universo. Crisipo, como muchos estoicos, creía en el determinismo del mundo. En otras palabras, todo en nuestras vidas está predeterminado y es el resultado de factores que escapan a nuestro control, aunque creía en la libertad personal y en la importancia de desarrollar nuestra propia comprensión del mundo.
Quizá fue este autor el que acabó dando lugar a uno de los elementos que puede descolocar del estoicismo, la idea de que en un mundo determinista seguimos teniendo “la capacidad de elegir” si queremos controlar nuestras emociones.
3 lecciones sobre estoicismo de Crisipo de Solos
Haz un balance de lo que debes
«La anchoa que se encuentra en el mar en Atenas, los hombres la desprecian por su abundancia y dicen que es un pez de pobres; pero en otras ciudades, la aprecian por encima de todo, incluso donde es muy inferior a la anchoa del Ática».- Chrysippus
Uno de los mensajes más comunes que escuchamos hoy en día es que debemos mantener el optimismo porque las cosas nunca han estado mejor. El mundo nunca ha estado en mejor estado, sea a nivel de esperanza de vida, la bajada de la probabilidad de morir de infección o la reducción del número de personas que sufren hambre. Y según el país, también ha aumentado en gran medida la libertad, la riqueza material a la que tenemos acceso, sea en forma de tecnología u otros y la reducción de la pobreza en general.
Estas son cosas innegablemente buenas, y las pruebas para este punto de vista son bastante concluyentes. Deberíamos estar extasiados y agradecidos por lo maravilloso que es todo. Y, sin embargo, parece que cada vez nos quejamos más o que parecemos cada vez más confundidos con lo que deberíamos hacer con nuestras vidas o como vivir.
El problema con este argumento es que asume que la satisfacción tiene que ver con los aspectos externos. Por supuesto, sentirse bien es más fácil cuando estás sano y salvo, pero solo un tonto pensaría que eso es todo lo que se necesita.
Un patrón interesante en la obra de los estoicos, y lo que hace Crisipo arriba, es estudiar a las personas que lo han tenido todo (conquistadores, herederas, senadores, emperadores, atletas olímpicos) y notan lo infelices que son la mayor parte del tiempo. Y en el lado opuesto estan los filósofos que lograron mantenerse optimistas y calmados ante la adversidad, como la guerra, la pobreza o el encarcelamiento.
La pobreza es un término relativo. Es la sensación de que te estamos perdiendo algo. Es un anhelo de más. No nos falta lo que crees que nos falta. El hecho de que creemos que nos falta algo es mucho peor que cualquier posible privación. La mayoría de nosotros tenemos mucho más de lo que creemos, y cuando nos damos cuenta de esto, nos damos cuenta de que todos ya somos,en cierto sentido, ricos.
La única persona con la que podemos competir es con nosotros mismos
“El que está corriendo una carrera debe esforzarse y perseverar lo mejor que pueda para ganar, pero está mal que intente obstaculizar a su competidor. Así, en la vida, no es injusto buscar para uno mismo lo que pueda resultar en su beneficio; sin embargo, no es correcto quitárselo a otro». Crisipo de Solos
Escuchar a los estoicos hablar de una indiferencia hacia los logros o recompensas externas puede ser engañoso. Según Marco Aurelio, la fama no tiene sentido. Séneca discutió cómo el éxito y la riqueza están más allá de nuestro control y, por lo tanto, no deben ser apreciados. Aconsejan no dejarse controlar por competición sin sentido y no desear lo que tienen o quieren los demás.
Entonces, ¿implica esto que el estoico no hace intenta conseguir sus objetivos o que ni siquiera los tiene? ¿Que el estoico se despreocupa de lo que le pasa en la vida, y vive sin interés alguno en mejorar o crecer? La respuesta corta es que no. El estoico sigue siendo ambicioso, pero en lugar de dejarse llevar por los estándares de otras personas, crea los suyos propios. Se desvinculan de los resultados y encuentran validación y orgullo en lo que hacen y en vivir de acuerdo a sus principios, en acercarse un poco más cada día a su ideal.
Esa es la mentalidad que Crisipo nos invita a desarrollar en la cita anterior. El éxito no tiene sentido si exige una traición a nuestros propios principios, si nos consume o nos corrompe. «Ciertamente, pueden existir cosas terribles, turbulentas y letales», escribió Séneca, «pero no tendrán la grandeza, cuyo fundamento es la fuerza y la bondad». Grandeza es sinónimo de bondad.
La importancia de aceptar el mundo como es
«Si un perro está atado a un carro, si quiere seguirlo, es tirado y sigue, haciendo que su acto espontáneo coincida con la necesidad. Sin embargo, si el perro no lo sigue, se verá obligado a hacerlo. Así es con el hombre: aunque no quiera, estará obligado a seguir lo que está predestinado».
Crisipo solía decir que éramos como perros encadenados a un carro. Alguien más está a cargo. La mayoría de las personas en el mundo moderno encuentran esto como un pensamiento casi insoportable. Ser comparado con un perro parece degradante. Nos hace sentir vulnerables admitir que alguien o algo más está tomando decisiones.
Pero es correcto. Las cosas nos suceden desde el momento en que nos despertamos y comenzamos nuestro día. Nada en este universo está esperando que tomemos la iniciativa. Simplemente no tenemos el control.
En la metáfora de Crisipo, el perro tiene dos opciones. Lo acepta y lo sigue, dedicando su energía a otra cosa. O, intenta sentarse solo para ser arrastrado y sufrir. Cleantes, el mentor de Crisipo, lo expresó en la siguiente cita:
«El destino guía a los dispuestos, arrastra a los que no quieren». debemos decidir: ¿seremos arrastrados o daremos el paso de entender nuestro contexto y trabajar desde allí?
Tenemos una opción. Y es en esa elección que encontramos nuestra libertad.
Citas de Crisipo de Solos el tercer líder de la corriente estoica
“No podría haber justicia si no hubiera también injusticia; no podría haber valor si no hubiera también cobardía; y no podría haber verdad si no hubiera también falsedad”.
«La gente sabia no tiene nada y, sin embargo, requiere muchas cosas. Los necios, en cambio, no necesitan nada porque no saben cómo usar nada y sienten necesidad de todo».
«Yo, por mi parte, creo que el hombre sabio interfiere poco o nada en los asuntos y hace lo suyo».
«Dios es el universo y la efusión universal de su alma».
«No debería haber estudiado filosofía si hubiera seguido a la multitud».

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