¿Cuál es la esencia del epicureísmo?

El epicureísmo, que fue fundado por Epicuro en Roma, se basa en un concepto central: el placer, o más bien, evitar el dolor. El epicureísmo defiende que a todos nos mueve el deseo de ser felices. 

Y a diferencia de lo que se suele creer, el epicureísmo no se basa en que nos dejemos llevar por nuestras emociones y busquemos cualquier tipo de placer sin tener en cuenta las consecuencias. En su lugar, lo que Epicuro nos suele recomendar, es que nos centremos en los placeres que ayudan a calmar el alma, aquellos que nos permiten desarrollar algo de paz y tranquilidad y que a la vez nos nutren. Un ejemplo de esto, sería quedar con amigos a cenar o dar un paseo por el parque o cuidar de nuestro jardín. Todas estas son actividades que no solo no nos hacen daño, sino que además nos ayudan a recuperar algo de orden en nuestras vidas.

Ser un epicúreo también requiere que podamos entender la importancia de las decisiones a largo plazo. Puede que algo parezca doloroso o molesto hoy, pero si nos puede dar la oportunidad de reducir nuestra posibilidad de dolor o sufrimiento en el futuro, puede merecer la pena. 

Decisiones como asistir a la universidad, pueden ser dolorosas al principio pero gratificantes a largo plazo. El epicureísmo no proporciona soluciones universales a los dilemas morales. En cambio, se basa en lo que podríamos llamar el cálculo hedónico para determinar la solución más placentera a la larga.

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