Epicteto, de Esclavo a Filósofo

¿Quién es Epicteto?

Epicteto nació en la antigua roma, en el año 55 D.C en Hierápolis que hoy en día se considera Turquía. Epicteto nació como esclavo en una familia opulenta de la ciudad, y desde pequeño su “dueño”, le dio la oportunidad de estudiar. Su maestro fue el estoico Cayo Musonio Rufo.

Con el tiempo, Epicteto adquirió su libertad, y fue profesor de filosofía durante 25 años, hasta que el emperador Domiciano desterrase a todos los filósofos de Roma, en la llamada persecución de Domiciano. El filósofo huyó hacia Nicopolis, en Grecia, donde fundó su propia escuela de filosofía.

El trabajo del filósofo influenció a varios de sus sucesores en el movimiento. De forma directa afectó a estoicos como Arria, una de las mujeres que lideraron el movimiento y la persona que escribió las enseñanzas del autor. Y de forma indirecta afectó a Marco Aurelio, a través de uno de sus maestros Junio Rústico.

Musonio Rufo y Epicteto, Maestro y Alumno

Epicteto, dedicaba todo el tiempo que tenía libre, poco cuando naces como esclavo, a asistir a las conferencias de Musonio. La influencia de Musonio en Epicteto se manifiesta explícita e implícitamente en su enseñanza. Ambos se centraron en la ética sin distraerse con la teoría. Y, a pesar de tener razones para reaccionar con ira u odio, ambos encontraron la fuerza necesaria para seguir adelante cuando su vida se volvía injustamente difícil.

«Musonio solía ponerme a prueba diciendo, ‘tu maestro te va a afligir con una u otra dificultad'». Y cuando respondía ‘así es la vida’, él decía ‘¿Debería decirle algo aun así, cuando puedo conseguir las mismas cosas de tí? Y es que de hecho, es estúpido y un sin sentido tratar de obtener algo de otra persona que uno puede obtener por mi mismo. Puesto que puedo obtener grandeza de alma y nobleza de mí mismo, ¿por qué debería buscar de otros una granja, dinero o algún cargo? ”- Epicteto

Musonio primero sobrevivió al exilio, y los principios que defendió guiaron más tarde a su alumno, Epicteto, en su respuesta y triunfo sobre la esclavitud. La carrera docente de Musonio no habría ocurrido si hubiera sucumbido a Nerón, elegido la muerte o elegido vivir sus años felizmente alejado de Roma y sus turbulencias. Y lo mismo podría decirse de Epicteto. ¿Dónde habría llegado Epicteto si su maestro le hubiera ayudado cada vez que tuviera problemas, en lugar de encontrar soluciones por su cuenta? 

La obra y vida de Musonio también impacto a otro de los principales filósofos estoicos, Marco Aurelio. Marcus agradece a uno de sus profesores de filosofía, Rusticus, en el primer libro de Meditaciones, «Deudas y lecciones», por introducirle a la filosofía de Epicteto, y por lo tanto, en parte a la de Musonio Rufo.

Musonius Rufus fundó muchos principios fundamentales, incluido el entrenamiento de la percepción y el control de lo que podemos controlar mientras permanecemos indiferentes a todo lo demás, Amore Fati, Premeditatio Malorum entre otros. Todos estos, hasta cierto punto, nacen del estilo de vida de Musonio y las lecciones que aprendió en el proceso.

La filosofía de Epicteto

La base del pensamiento de Epicteto está en “eliminar nuestras evaluaciones de los eventos”. Dejar de pensar en elementos en función de “bueno” y “malo”, es el fundamento de su filosofía estoica. De por si los eventos no son ni buenos ni malos, tan solo son “preferidos” o “no preferidos”.

Pensar de esta forma permite reducir la connotación de bien y mal que añadimos a los sucesos y con ello reducir el efecto que puedan tener sobre nosotros. Si todo se basa simplemente en preferencias, simplemente tenemos que darle menos importancia y podremos superarlo.

Reducir la emoción que asociamos a cada situación elimina el “factor montaña rusa” del día a día. Es un “error” sentirnos mal porque no hemos conseguido lo que queríamos. Añadir capas extra a los eventos únicamente para generar una respuesta emocional nos perjudica a la larga.

La virtud es la condición de elegir, racionalmente, los eventos o acciones preferidos en lugar de los “no preferidos”. La base de la felicidad estoica, eudaimonia,  está en tomar las decisiones correctas, no en conseguir los resultados que queremos. El proceso es lo que nos llena no las consecuencias. Tanto el bien como el mal, o la felicidad y tristeza, están en el deseo.

“En todo lo que alegra el alma, o recursos que quieres, o lo que te gusta, recuerda añadir esto a tus pensamientos: ¿Cuál es la naturaleza de esto? Si estás encariñado con un jarrón, di que es un jarrón que te gusta, y nada más – para que cuando se rompa no serás perturbado. Si estás besando a tu hijo o esposa, di que estas besando a un humano y nada más – para que cuando tu esposa o hijo muera, no serás perturbado.”

“‘Dime el secreto que posees’ No lo haré, porque está en mi poder ‘Pero te pondré cadenas’¿De qué hablas?¿Yo, encadenado? Puedes encadenar mis piernas, pero ni siquiera Zeus puede sobreponer mi voluntad. ‘Te meteré en prisión’ Mi pobre cuerpo dirás. ‘Te cortare la cabeza’¿Cuando te he dicho que no puedas cortarme la cabeza?”

Las experiencias del filósofo le convirtieron en el máximo exponente del control de las emociones y la aceptación de la tragedia.

Citas por Epicteto

“¿No sabes que vivir es uno de los deberes de los soldados?… Si descuidas tus responsabilidades cuando te llega una orden severa, ¿no entiendes a qué estado tan lamentable traes al ejército?

Cita que explica la importancia de vivir, y cómo a veces vivir no es solo para nosotros sino también para otros. En este caso hace referencia al contexto militar, pero se puede aplicar a parejas o padres e hijos. Hacer algo que pueda suponer nuestra muerte es lo mismo que tratar nuestra vida y bienestar como algo complemente nuestro, pero en realidad no lo son.

La vida de un padre es en parte de sus hijos, no puede arriesgarse con trabajos peligrosos porque dependen de ellos, la vida de un hijo tampoco es únicamente suya, porque sus padres le han mantenido y dependen de él emocionalmente. En el caso de las parejas la conexión no es tan fuerte, y dependerá del caso, pero en el caso de las familias hemos de recordar que nuestra muerte no nos hiere solo a nosotros, sino quizá más a las personas que dejamos atrás.

“¿Dónde está el bien? En el deseo… Si alguien es infeliz, deja que recuerde que es infeliz por culpa suya”

“La enfermedad es una molestia para el cuerpo, pero no tu habilidad para elegir, a menos que esta sea tu elección. La cojera es un estorbo para la pierna, pero no para tu habilidad de elegir. Recuérdate esto con respecto a todo lo que pase, entonces verás los obstáculos como impedimentos para otra cosa, no para ti.”

En la vida de todo ser humano, llegará un punto en el que tengamos que luchar contra la enfermedad, o contra los estragos del envejecimiento. Situaciones que afectan a nuestra calidad de vida y que pueden llevar a que nos consideremos víctimas. Pero según el autor, aunque estas lesiones y patologías puedan afectarnos a nivel físico, está en nuestro poder decidir si aceptaremos su efecto a nivel personal.

Las lesiones patologías, y la vejez pueden ser limitaciones para realizar ciertas tareas, pero por suerte, muchas veces no tienen porqué ser una limitación para vivir nuestro camino.

“Algunas cosas están bajo nuestro control, otras no. Las cosas bajo nuestro control son la opinión, la búsqueda, el deseo, la aversión, y, en unas palabras, nuestras acciones. Las cosas fuera de nuestro control son el cuerpo, la propiedad, la reputación, la habilidad de liderar, y, en unas palabras, cualquier cosa que no sea nuestra acción.”

Una idea que se repite en todos los estoicos es la importancia de aceptar que hay elementos fuera de nuestro control. Partes de nuestras vidas que no podemos controlar, y que simplemente debemos aceptar. Tendemos a vivir en el pasado o en el futuro, soñando en lo que podría haber sido, o temiendo lo que pueda llegar a ser. Pero en todo momento, lo único que tenemos es el presente.

“Nunca te llames filósofo, ni hables extensamente sobre teoremas entre los que no saben, pero actúa de acuerdo a ellos. Así, en un evento, no hables sobre cómo deben comer las personas, en su lugar come como debes”

Las palabras tienen poco peso. Es fácil hablar, pero la dificultad real nace de convertir las palabras y convicciones en algo real. Sin acciones todo son ideas, y sin pruebas nada es más cierto que decir que la luna está hecha de queso. Si queremos convencer, tanto a nosotros como a otros, de que lo que creemos es cierto, la única forma es establecer las bases y ponerlas en práctica.

Un ejemplo de cómo se aplica esto al mundo de los negocios es Gary Vee, y su famosa frase de “No escuches lo que digo, mira lo que hago”

De cierta forma, podríamos decir que Epicteto explicó la base del liderazgo y el método científico con esta simple frase. Para demostrar que algo es cierto, hay que hacerlo con actos. 

“Inmediatamente prescribete un comportamiento y forma de actuar, que puedas mantener tanto a solas como en compañía”

Hasta el 40% de las acciones que tomamos cada día dependen de nuestros hábitos. De 32 mil decisiones, cada día casi 13 mil son tomadas por nuestras experiencias y entorno. A menos que decidamos cómo queremos actuar de forma consciente, más de la mitad de nuestra vida será controlada no por nosotros, sino por lo que hemos vivido y donde estamos ahora.

Vivir de acuerdo a nuestras emociones, y lo que nos apetece cada día, puede parecer como la cima de la libertad, pero en realidad no es más que una cárcel invisible.

“Nada increíble nace de la nada, como no lo hacen las uvas o los higos. Si me dices que deseas un higo, te respondo que necesita tiempo. Deja que florezca primero, después produzca fruto, y madurez”

Una de mis citas favoritas por Epicteto. Nada nace espontáneamente del vacío. Cada vez que vemos a alguien que ha cumplido con lo que queremos, vemos únicamente lo que tiene ahora, sea conocimiento o éxitos. Pero solemos olvidar todo el tiempo, esfuerzo y horas que han tenido que poner en ello.

Querer algo sin poner el esfuerzo, es lo mismo que aceptar que no entendemos como funcionan las leyes de la física, la energía no se crea o se destruye, solo se transforma. Nuestro tiempo no se crea o se destruye, simplemente lo convertimos en horas malgastadas o en progreso hacia algo.

“Deja que la muerte y el exilio, y otras cosas que parecen terribles, sean diarias ante tus ojos, sobre todo la muerte; y nunca volverás a tener pensamientos miserables, ni desearás nada con ansias.”

No podemos controlar lo que nos pasa, la enfermedad, los problemas, e incluso las victorias están fuera de nuestras manos. Lo único que podemos controlar son nuestras emociones y nuestras acciones. Recordar que todo viene y va, a diario, es la clave para tomar las riendas de nuestras vidas y hacer seguir nuestro camino.

“No pidas que los acontecimientos sigan tus deseos; deséalos a medida que pasan, y tu vida será serena”

Siguiendo con la cita anterior, pedir y buscar constantemente es una receta para la frustración. Solo podemos controlar nuestras acciones, y cómo reaccionamos a las circunstancias. Intentar controlarlo todo podría darnos emociones momentáneas cuando consigamos lo que queremos, pero también mucha tristeza y dolor cuando falle.

Querer controlar algo que no podemos y entristecernos por no poder hacerlo nos debilita, y con el tiempo crea una jaula de negatividad. Si nos centramos en el momento, en el proceso, podemos cultivar confianza en un ambiente de serenidad.

“No puedo escapar la muerte; ¿pero acaso tampoco puedo escapar de su terror? ¿He de morir temblando y lamentando?”

Por ahora, una de las pocas constantes en la vida humana es la muerte. Ante estas constantes podemos actuar de dos maneras:

1)Vivir temiendo el dia que lleguen

2)Aceptar que pueden llegar y actuar para que dejen de ser constantes, o simplemente aceptarlas y vivir con ello

La primera opción nos convierte en víctimas y llena los días de sufrimiento. La segunda opción se centra en lo que podemos hacer para evitarlo, o lo que queremos hacer aceptando que es inevitable, y lo convierte en una razón más para vivir como queremos.

En toda situación tenemos dos opciones, tomar las riendas de nuestra mente o dejarnos llevar por las emociones, positivas o negativas.

“Como los hábitos son una influencia tan poderosa, y estamos acostumbrados a seguir nuestros impulsos para ganar y evitar cosas fuera de nuestra elección, deberíamos crear un hábito contra esto, y cuando las apariencias puedan engañar, usa la fuerza opuesta de nuestro entrenamiento”

Tendemos a actuar de acuerdo a nuestras emociones y hábitos, pero estos pueden estar equivocados muchas veces. Así que cuando veamos que podemos estar equivocados o haya un hábito que nos de problemas, intentemos crear un hábito opuesto que nos ayude a pensar y entender mejor la situación. Dejar de usar la intuición y sacar partido a la lógica y el llamado sistema 2, es la clave para reducir el efecto de nuestros bias cognitivos.

Si nos cuesta trabajar, en lugar de castigarnos por procrastinar, es mejor salir del lugar al que asociamos el hábito. Dar un paseo por ejemplo, o ir a trabajar a un café pueden permitirnos salir de la espiral de los malos hábitos y controlar nuestro comportamiento en la dirección deseada.

Es difícil destruir los hábitos porque la señal nos controla. Pero es muy fácil crear nuevos hábitos usando la misma señal. La clave está en entender porque hacemos algo y usarlo a nuestro favor, del mismo modo que en el aikido usamos la fuerza del oponente contra el.

“Porque nada fuera de mi elección razonada puede molestarme o dañarme – Únicamente mi elección razonada puede hacerse esto a si misma. Si nos inclinasemos en esta dirección cada vez que fracasamos, y nos culpamos únicamente a nosotros mismos y recordamos que nada más que la opinión es la causa de una mente preocupada e inquieta, entonces por Dios, juro que estaríamos consiguiendo progreso.”

Las cosas pasan y nada más. Si pensamos que son buenas o malas, es tan solo nuestra opinión añadiendole una capa al acontecimiento. Sería lo mismo que ver una pared blanca, decidir pintarla y quejarnos después de hacerlo. El color de las acciones y acontecimientos depende de cómo lo veamos, y por lo tanto enfadarnos con cualquier cosa que no sea nuestra propia capacidad de decisión es un error.

Lo único bajo nuestro control es nuestra mente. Si aceptamos esto, y meditamos, cuanto peso nos podremos quitar de encima. 

“Ante todo, no dejes que la fuerza de la impresión te controle. Dile, ‘espera un momento y déjame ver quien eres y de donde vienes, dejame ponerte a prueba’….”

Aquí Epicteto nos recuerda la importancia de no dejarnos llevar por la intuición. Es muy fácil aceptar la primera respuesta que viene a la mente, pero la psicología demuestra que muchas veces estas corazonadas son erróneas. Parar y entender el contexto antes de tomar una decisión es la clave del pensamiento lógico, y del llamado sistema 2.

Tomar algo de tiempo para decidir permite reducir los efectos de los sesgos cognitivos. Nos permite entender hasta qué punto podemos fiarnos de la información que tenemos, y entender qué información tenemos realmente. 

Es muy fácil caer en trampas como la del sesgo de confirmación, tener en cuenta únicamente lo que confirma nuestras creencias, o la del sesgo de disponibilidad, usar nuestra memoria sin saber que recordamos principalmente los eventos impactantes y recientes en lugar de según su utilidad real.

No nos dejemos llevar por la corriente. Pensemos bien antes de aceptar cualquier cosa, porque una vez que la aceptemos nuestros sesgos cognitivos dificultaran el cambio de decisiones. Así que la primera vez vayamos con calma y evaluemos todas las posibilidades.

“¿Pero qué dice Socrates? ‘De la misma forma que una persona se satisface mejorando su granja, y otro su caballo, a mi tambien me gratifica concentrarme en mejorar dia tras dia”

El desarrollo personal es una de las consecuencias clave del pensamiento estoico. Si no podemos quejarnos, y si sucede algo y está bajo nuestro control debemos cambiarlo, la única forma de seguir adelante es mejorar día a día. Cuando no quedan excusas lo único que podemos hacer es trabajar en nosotros mismos cada día.

Si algo sucede pero no sabemos cómo mejorarlo tenemos dos opciones, decir que es culpa nuestra o pensar que estaba destinado. El segundo enfoque nos hace sentir como víctimas y a la larga es insostenible. El primer enfoque nos obliga a mejorar.

“¿Entonces qué hace atractivo a un ser humano?¿No es la presencia de la excelencia humana? Joven amigo, si deseas ser atractivo, entonces trabaja con disciplina en la excelencia humana. ¿Y que es? Observa aquellos a los que elogias sin prejuicio. ¿Los justos o los injustos? Los justos. ¿Los que controlan su temperamento o los indisciplinados? Los que controlan su temperamento. ¿Los que tienen autocontrol o los descontrolados? Los que tienen autocontrol.

En convertirte en ese tipo de persona, te volverás atractivo – pero en el nivel en que ignores estas cualidades, serás repugnante, incluso si usas cualquier truco para parecer atractivo.

“Sacar el mayor partido a lo que está en nuestra mano, y aceptar el resto a medida que sucede”

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