El arte de la visualización negativa o premortem es el nombre que recibe un método diseñado por el psicólogo Gary Klein. El método se basa en imaginar que podría ir mal antes de empezar un proyecto. La esencia del método es
“¿Y si esto saliese mal?”
Pero, ¿Por qué preguntar esto?
La razón es doble:
1)Nuestros sesgos cognitivos hacen que el riesgo real asociado a cada decisión sea muy superior al riesgo percibido. Tendemos hacia el optimismo y con ello a cometer errores prevenibles
2)Permite hacer frente al miedo de fallar. Empezar algo nuevo nos da miedo, nos cuesta, y la infinidad de cosas que podrían ir mal nos bloquean. Poner por escrito todo lo que puede ir mal, y establecer planes de contingencia, backups, permite reducir el miedo y saber qué hacer si algo sale mal.
Introducir este método en nuestras rutinas nos permitirá eliminar los proyectos que no merecen la pena, y reducir la probabilidad de que salgan mal. Esta idea se puede aplicar también a la hora de elegir metas a nivel personal. Tim Ferris acuñó el término de fear setting, por el cual escribir todos nuestros sueños y lo que queremos conseguir, y al lado pensar en los 6 o 7 peores casos y preparar medidas por si acaso.
En el mundo de la inversión el mismo principio fue acuñado como por Nassim Nicholas Taleb. En este contexto se basa en asumir que lo que ha funcionado hasta ahora no tiene porque seguir de la misma forma y en crear medidas para reducir el riesgo asociado a cada inversión. Hasta el punto de poder sacar ganancias de las épocas de caos
Todas estas interpretaciones tienen como esencia el estoicismo. Los estoicos lo llamaban premeditatio malorum. Esta práctica de prepararnos para el peor de los casos, y con ello reducir nuestra fragilidad. Seneca, de forma periódica, pasaba tiempo comiendo como si hubiese perdido todo, o con ropa desgastada o que llevase a otros a ridiculizarle. Todo ello para entender que lo que tiene ahora es un extra, pero no imprescindible para vivir.
“Nada le sucede al hombre sabio contra sus expectativas… ni tampoco salen todas las cosas como deseaba pero sino como estima – y ante todo calcula que algo podría obstaculizar sus planes”
Pensar en lo que podría salir mal es una práctica que parece olvidada en el mundo del emprendimiento, pero también es una práctica que bien utilizada puede curar muchos males antes de que nazcan. Y cuando pasen, simplemente tenemos que recordar que aquello que ha sucedido está fuera de nuestro control, aceptarlo y aprender para la próxima.
“Nuestras acciones pueden ser impedidas… pero no puede haber impedimento de las intenciones o disposiciones. Porque podemos cambiar y adaptarnos. La mente se adapta y convierte en suyos los obstáculos para actuar. El impedimento a la acción avanza la acción. Lo que se interpone en el camino se convierte en el camino”
El arte de visualizar lo negativo permite que nazca el optimismo estoico. El optimismo por el cual tenemos la fortaleza, y disciplina, para pensar en lo que no queremos enfrentar y buscar formas de solucionarlo. Sin importar lo desesperada que parezca la situación, si aceptamos la responsabilidad de nuestros actos y sus consecuencias, podemos seguir adelante.
Seguramente no sea fácil, pero si lo aprovechamos puede ser una aventura. Simplemente debemos empezar por creer que podemos hacerlo y dar el primer paso.