¿Qué es la compasión según el Dalai Lama?

La compasión y la autoconciencia van de la mano. Ahora que hemos echado un vistazo más de cerca a la conciencia emocional, es hora de profundizar en la compasión, empezando por el origen. 

Según el Dalai Lama, la compasión es parte de nuestra naturaleza y no proviene únicamente de la religión. La compasión tiene sus raíces en nuestra composición biológica. El cuidado instintivo de los padres por sus hijos, que de otro forma morirían, es un signo de una predisposición biológica para el cuidado y la compasión. 

Además, nuestros cuerpos tienen necesidades integradas de emociones positivas como la alegría y el juego. Estas experiencias ayudan a aumentar la actividad de nuestro sistema inmune y reducir el riesgo de enfermedades del corazón. Pero sobre todo, estamos psicológicamente predispuestos a buscar consuelo en el afecto, la compasión y el sentido de pertenencia dentro de un grupo. 

Con cada interacción social, se actualizan nuestros circuitos con oxitocina o cortisol. Con el tiempo, «sabemos quiénes son nuestros amigos» porque reaccionan a los individuos como con los que hemos creado una relación, de forma que sabemos estas personas pueden ayudar a nuestra supervivencia.

El deseo de crear relaciones con otras personas, y es quizá el que está más ligado a nuestra supervivencia como especie. Crear lazos con otros, crear relaciones, nos permite sobrevivir aun cuando nuestro cuerpo no funciona debido a una enfermedad, para que tengamos el tiempo para recuperarnos.

Este deseo, motivado muchas veces por la oxitocina, un tipo de neurotransmisor, es lo que crea el amor de los padres y lo que permite que las crías, indefensas durante 5 años, puedan sobrevivir y convertirse en adultos.

Relacionarnos también ayuda a la supervivencia de nuestras crías, las tendencias de monogamia están relacionadas con la probabilidad de proteger a la madre y la cría cuando esta está embarazada y cuando la cría está creciendo. En este proceso también participa la oxitocina.

Muchos de nuestros actos están motivados por este deseo de ser especial para alguien, pero que en realidad nació para proteger a nuestra descendencia. Y este deseo puede ser también la causa de problemas, como la tendencia a diferenciar entre las personas que pertenecen a un grupo y las que no, la tendencia a seguir lo que hace la mayoría.

La compasión pone nuestra atención en algo más grande que nuestras pequeñas preocupaciones. El objetivo más grande nos energiza a su vez. Habiendo explorado de dónde viene la compasión y por qué la necesitamos, investiguemos cómo se manifiesta en nuestro mundo. 

Según el Dalai Lama, el tipo de compasión al que debemos aspirar es un sentimiento de responsabilidad moral en todas las esferas de la vida pública, lo que incluye luchar contra la injusticia y tomar la iniciativa para exponer y cambiar los sistemas corruptos. 

Los tres elementos que forman la definición de compasión del Dalai Lama son: equidad, transparencia y responsabilidad. Al tratar a todos por igual, permanecer abiertos y honestos y asumir la responsabilidad de nuestros errores, podemos ayudar a crear una sociedad mejor. 

La compasión en acción no significa aliviar todo el sufrimiento, sino comprometerse a rectificar los errores oponiéndose activamente a la injusticia o protegiendo a las personas. 

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