Ni las riquezas, ni el juego, ni la fama nos traerán lo que realmente buscamos. Pueden parecer la meta pero muchas veces son actúan como una niebla que tapa de nuestra vista lo que realmente queremos, la libertad para apreciar, la libertad para pensar y la libertad para vivir
Dejarnos llevar por estos deseos externos, muchas veces deseos que ni siquiera hemos elegido nosotros mismos, nos lleva en un viaje sin rumbo en el que damos vueltas y vueltas buscando un tesoro que en realidad estaba en nuestro punto de partida
Aunque es cierto que hay muchas cosas que no podemos ver a menos que cambiemos nuestra perspectiva, y por lo tanto el viaje en si tiene sentido, también es cierto que todo lo que necesitamos siempre lo hemos tenido, es nuestra mente.
Una vez que entendemos que nuestra mente es todo lo que necesitamos, que nuestra mente es la base, entonces podemos empezar a apreciarlo todo más.
Podemos entender la belleza de apreciar la vida y su profundidad, y entender que la belleza no depende solo de lo que veamos sino de cómo lo veamos
Nuestra mente es nuestro cofre del tesoro y nuestro trabajo es aprender a aceptar nuestras reacciones y nuestras emociones y circunstancias y solo entonces conseguiremos la llave.
‘’La vida no es corta, si sabes cómo aprovecharla’’– Séneca el Joven (Sobre la Brevedad de la Vida)

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